Nunca fui de leer demasiado, lo mío es mirar.
Por eso me gustan los libros que llevan imágenes. Es como si mi mente necesitase sostenerse de algo más tangible que un conjunto de letras, para completar mi propia interpretación del texto.
Más allá de mi amor por las imágenes, cerca de los 15 años, el primer género literario que llamó mi atención fue la poesía.
No recuerdo bien qué autor ni qué libro, más lo que si recuerdo es que fue Luc quién me introdujo de lleno en ese mundo. Me compartió autores, referentes, artistas, no solo que escribían, también pintaban, hacían fotografía, esculpían, styleaban, creaban universos al rededor de su cotidianeidad, exaltaban su vida ordinaria, transformándola en un deleite para sus espectadores.
Con el pasar de los años, junto a Lucas hicimos fotos, creamos conceptos e ideas, algunas las materializamos, otras las liberamos al viento. Juntos cocreamos la dirección de arte de todas las marcas de accesorios que tuve (2), en fin, producimos, hicimos cosas.
Lucas ha sido y es un gran maestro para mí, es de esas personas que te abren la cabeza y la llenan de alimento. Su generosidad básicamente me ha salvado la vida. No sé que sería de mi vida sin él. Es un amigo, un hermano para mí. Gracias Dios, Vida, Universo por cruzar nuestros caminos.
En fin, después de ese emotional break de gratitud, vuelvo al tema: la escritura, la poesía.
En esa época, de mis 18 a mis 20 años aproximadamente, me devoraba todo lo que pasaba por mis ojos y estimulaba mis retinas: textos, obras, dibujos, cómics, pinturas, fotos, esculturas. TODO y por sobretodo, poesía.
No me considero poetiza o algo así, más la poesía está de alguna u otra forma intrínseca en toda mi obra. Para mí hacer poesía es embellecer lo que es, lo que hay, lo que se siente y eso es básicamente el core de lo que hago.
Y con la poesía llegaron las listas.
Un día, Lucas me mostró las listas que hacía registrando distintas cosas de su vida. Algunas a modo de enumeración, otras a modo de poema. Me inspiró, me inspiró un montón, tanto que me obsesioné y comencé a crear listas para todo.
Listas para no olvidarme de las cosas importantes.
Listas para recordar conceptos que deseaba trabajar.
Listas para enumerar deseos.
Listas a modo de plan de acción para salir de la pereza.
Listas a modo de plan de acción para salir de la compulsión por producir.
Listas, listas, listas y más listas.
Hoy quiero compartir 3 listas íntimas e “inútiles” que escribí en estos últimos días.
Listas que me ayudan a recordarme lo que es vital para mí en este presente, en mi realidad mitad humana, mitad espíritu, siendo una persona altamente sensible y algo obsesionada con hacer, hacer y hacer.
Espero que algo de todo esto te quede resonando y te nutra de algún modo, si es así, cuéntame, es hermoso recibir mensajes de otrxs, si no, siento que hablo conmigo misma frente a un espejo y a decir verdad, es útil y un tanto liberador, más a veces me siento un poco ensimismada y egocéntrica :)
Al día de hoy encuentro hojas, cuadernos, libretas y agendas llenas de listas y listas. Escribiendo este texto hasta me dí cuenta de que la gran mayoría de los textos que he publicado en Substack, tienen un apartado en forma de lista, is my thing, no puedo evitarlo.
EJEMPLOS:
Amo las listas, me ayudan a saber que cosas quiero tener o experimentar, a veces suelo ser muy ambicioso haciendo listas de todo lo que quiero hacer en un dia y termino haciendo la mitad, aunque lo bueno es que termino haciendo las otras 4 cosas siguientes en los días siguientes, me gusta tu formato de escritura :)
la importancia de numerar para que todo tenga mas sentido <3